¡Qué pena! Las actividades del día se habían echado a perder... El día había amanecido gris y muy lluvioso. Todo lo que los profesores habíamos preparado no iba a salir bien.
Los alumnos ilusionados porque no darían clase y los profes encantados porque el día se presentaba divertido. Actividades al aire libre y sobre todo EL CLÁSICO: partido alumnos y profesores. El equipo de alumnos disfrutaba pensando en la caña que darían a los profes, una especie de vendetta por los suspensos y castigos.
El de profesores, sin embargo, pensaba, hay que dejar el listón alto, no podemos mostrar que nos cansamos al minuto de carrera.
Por desgracia se suspendió, la pista estaba imposible. Pero guardábamos un as en la manga, nadie lo esperaba. Concentramos a los alumnos en el salón de actos, primero secundaria, a ver qué tal funciona... Suena la música, se abre el telón y allí estamos un grupo de profesores dándolo todo en el escenario, bailando al son del Waka-waka de Shakira, con pelucas de lo más variopintas, desde el grupo de crestas de colores, rubias explosivas, melenas de colores ácidos, largas y cortas hasta esa peluca a lo afro (genial, sin duda) y sobre todo lo mejor: ¡¡la cara de los alumnos!! No daban crédito, risas, caras de sorpresa, cuchicheos. Los de secundaria fueron más comedidos pero la explosión de risas y gritos perteneció a primaria. Público entregado por completo que pidió hasta cuatro repeticiones que coreaban y bailaban encantados. Éxito rotundo.
El aplauso y las caras de nuestros alumnos el mejor regalo para todos los profesores en el Día del Maestro.
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